jueves, 21 de abril de 2011

Seducime que me gusta

Ella lo ve y sonríe por dentro porque él también la está mirando.
Se arregla el pelo disimuladamente. No puede creer como no le puede sacar la mirada de encima. Hizo bien en ponerse el vestido rosa.
Él, con la mirada fija en ella, se le acerca. Ella se pone nerviosa, pero lo disimula con gracia. Mete panza, posa de manera que resalten sus atributos.
Él cada vez más cerca, saca un pañuelo.

- ¡Sucia, la mitad de las facturas te quedo en los cachetes!

Ella se ríe cómplice. Imaginando cómo le metería el pañuelito donde no le da el sol.

1 comentario:

una dijo...

Qué viva la espontaneidad y la luz del sol! Somos gentes che, se nos quedan migas en los cachetes. Que nos quieran así, como somos.

PD: te extraño Lule, cuándo volvés?